Me fui a comer insectos a la ciudad de México
Cuando contemple la idea de comer insectos lo primero que se me vino a la mente fue que deberían ser asquerosos, el sólo pensar en las características de estos me hacía reconsiderar el querer probarlos. Sin embargo, fue algo que quise hacer desde que me ofrecieron cuando llegué a México.
Aunque hay varios lugares para comer insectos en México, la cocina de San Juan fue el lugar al cual fui con el fin de probar esta variedad gastronómica. Ya estando allí, pensé que debería probar de todo, así que pedí una cazuelita mixta de insectos, el precio es de aproximadamente 55 mil pesos colombianos (este platillo era de los más costosos); la cual incluía escorpiones, chinicuil, escamol, gusano blanco, chapulines, acocil, shawis, hormiga chicatana y jumiles.
La experiencia fue muy buena, los sabores son en su mayoría exquisitos y aunque pensaba que el comer insectos era algo que sólo se hacía en las culturas orientales, en realidad es algo que también ha estado sujeto a la cultura occidental; en México esta práctica se ha realizado desde la época prehispánica.
Además, el comer insectos tiene bastantes beneficios nutricionales, entre ellos está que las grasas de estos son buenas a diferencia de otros animales, contienen sales minerales que ayudan a regular la presión sanguínea y que ayudan a combatir problemas cardiovasculares por su bajo nivel de colesterol. Así que a comer insectos!!!